23 enero, 2007

El día D

Hasta que llegó el día en que me convertí en la piedra de las lentejas...

No sé si merezco perder mis espacios. Karma....

Exedente, así me siento. Totalmente fuera de lugar, sobrando en un espacio que ya no es mío, o que nunca fue mío. No sé si arrancar lo más lejos posible o simplemente hacer lo que hecho estos últimos días, esperar que pasen las horas tirada en mi cama mirando al techo y tratando de no pensar. Tres semanas es mucho tiempo...


Sólo espero que esto valga, es decir, que funcione, que seas feliz.

No hay nada más que se pueda hacer. Te regalo todo lo que tengo ahora, mi silencio y mi ausencia. Si me toca desaparecer de a poco lo haré discretamente, total, no hay dolor que dure para siempre, o al que uno no pueda acostumbrarse.

Aprovecha lo que te doy y olvídate de lo demás.

No hay comentarios.: