30 noviembre, 2006

Lib


No hay nada más delicioso, notas musicales raspadas y sigilosas. Regaladas.

Espero que exploten en mil acordes improvisados, satisfechos y lánguidos.



Ventanas, mil ventanas, crujidos agonizantes y los dientes. Todo revuelto para que pueda volver a poner los pies en este suelo helado, en este suelo que se niega a retenerme, que me obliga a asirme por voluntad y que me deja ir apenas flaquea la conciencia.

Quiero más de eso.

Desde la guitarra hasta las sábanas.

Aunque duela.


Un infierno para expiar.




...

3 comentarios:

(...) dijo...

Siempre caigo en placeres con tantos azules y su blog parece saber invocarlos.

natalia dijo...

Y la ausencia me trajo a estar presente ante tus letras...

Te comprendo...

Anónimo dijo...

lo lei de pasaita nmas
apenas pueda los leere todos =)
suerte pa hoy y fe nmas
ke va salir bien, acuerdate ;)